Tania Espinoza de la Cruz
Alguna vez te has preguntado ¿cómo vería la vida un fénix cada que resurge nuevamente de sus cenizas? Después de esa profunda y dolorosa transformación a la que se enfrenta, qué lo motiva a renacer, dónde se esconde su fuerza para volver a iniciar, considero que esa dosis que lo impulsa se llama esperanza y propósito
La resiliencia humana está creada por ese fuego del fénix, como te explicas que pese a las adversidades que enfrentamos, a la crueldad o el dolor más profundo experimentado, no perdemos la capacidad de salir abantes, aunque cierto es también que a algunos les cuesta más que a otros, al reflexionar descubro que es la desconexión la que nos separa de sentir ese fuego interno que habita en nosotros.
Como podemos conectarnos si el tiempo parece correr muy de prisa, horas, días, meses, el trabajo, las responsabilidades, nos absorben y nos mantienen somnolientos a la vida y sus maravillas, en este espacio buscamos darnos ese momento en donde volvamos a conectar con nosotros mismos, permitirnos darnos un respiro y descubrir los regalos que dejamos escapar entre nuestras actividades diarias.
La visión en los ojos del fénix refleja la esencia de lo inefable de vivir en el presente, acompáñame a encender la llama y valorar con esto la impermanencia y lo efímero del momento que nos une, dicen que la empatía es el ingrediente necesario en una sociedad que desea progresar, probablemente cada semana al conectarnos juntos podamos entre todos descubrir nuestro propósito, resurgir y florecer porque con este pequeño acto personal también estamos cambiando al mundo.
*La autora es activista del movimiento #SomosFénix